Susana Ramírez es la encargada del modelo de atención dentro de la Fundación Alalay.” Nosotros tenemos dos propuestas en nuestro modelo de atención”, aseguraba Ramírez. Uno de los modelos tiene que ver con el programa de protección que es para los niños de la calle y otro que es un programa de prevención el cual está dirigido a niños de escuelas fiscales , profesores y padres de familia de los escolares del área de la educación pública.
“He tenido siempre este gran deseo de poder seguir a los niños en situación de riesgo”, aseguraba Ramírez a manera de hablarnos acerca de las motivaciones que la impulsaron a ingresar y quedarse en Alalay.
Aldeas, casas de acogida, programas desde el trabajo y la independización de jóvenes necesitados de 19 y 20 años son algunos de los logros de esta institución. “En realidad todos son logros gracias a Dios “, asegura Susana Ramírez en relación a todas las victorias alcanzadas por Alalay.
“Tenemos muchos obstáculos no se olviden que Alalay es una fundación que vive a través de las donaciones de las personas de sociedad civil y de instituciones”, afirma Ramírez mientras habla de los obstáculos diarios que enfrenta la fundación. “Si criar un hijo tiene un presupuesto imaginesé lo que es criar 300”, añade la entrevistada.
La “Libertad” que los niños y jóvenes de la calle, supuestamente buena para ellos, encuentran es uno de los principales problemas para su acogida en los hogares de Alalay. “Al contrario de lo que se piensa la calle no es un lugar del que los chicos quieren salir con mucha facilidad”, asevera Ramírez a tiempo de hablar acerca de algunas de las complicaciones a la hora de acoger a los niños de la calle.
“No nos acostumbremos a ver a los niños de la calle como parte de nuestra vida social “, afirma Susana Ramírez a manera de dar un mensaje a toda la ciudadanía “
Christian Baluarte
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