lunes, 3 de mayo de 2010

“CUANDO LA TIERRA COMIENCE A LLORAR, CUANDO LOS ÁRBOLES COMIENCEN A GEMIR ES EL MOMENTO EN QUE EL JAQ’E COMIENZA A DESPERTAR”

El estado plurinacional de Bolivia fue anfitrión de la Conferencia Mundial de los pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra (CMPCC), un foro amplio en el que se debatió las causas y soluciones de la devastación de la Pachamama; en esta histórica conferencia participaron alrededor de 40 mil personas entre representantes de gobiernos, científicos, académicos, juristas, movimientos sociales, organizaciones y personas activas en la defensa de la vida y la lucha contra el cambio climático de más de 130 países; uno de los personajes que con su activa participación llamó la atención en este encuentro fue Hugo Cordero Tupacusi, Amawta y Antropólogo, miembro de una comunidad aymara y residente del territorio quechua de Tiquipaya, Cordero compartió sus propuestas, puntos de vista y expectativas con este medio.

Gabriela Silva (G.S.) ¿Cuál ha sido su recorrido con relación a los temas que se están tratando en esta Conferencia?
Hugo Cordero (H.C.) Voy muchos años ya trajinando en este espacio de la búsqueda del rencuentro con nosotros mismos, con la Pachamama y así reafirmar nuestra identidad propia.

G.S. ¿Qué es lo que le ha conmovido y llevado a trabajar por los derechos de la madre tierra?
H.C. Mi abuelo antes contaba y decía: cuando la tierra comience a llorar, cuando los árboles comiencen a gemir es el momento en que el jaq’e y el runa (el ser humano) comienza a despertar y pensar de manera diferente, esto lo escuché cuando tenía unos seis años, aproximadamente, nunca le di mucha importancia, mucho valor; pero con el transcurso del tiempo estas frases comenzaron a tener un valor muy importante que quizás eran una especie de palabras lanzadas hacia el futuro, cuando él nos decía esto, yo pensaba que se refería a que la tierra estaba enferma y creo que eso es cierto, todos los fenómenos del cambio climático nos demuestran que la enfermedad de la tierra no es una enfermedad genética, sino una enfermedad creada por una especie, que es el hombre, quien ha hecho que el gemido de la Pachamama sea más fuerte.
G.S.  Se habla de tiempos de cambio, incluso del inicio de nuevo sistema económico y social ¿Cuál es el papel del ser humano en este contexto?
H.C. El jaq’e o el runa, es decir, el ser humano tiene que volver a pensar, tiene que volver a plantearse las cosas y tiene que comenzar a sentir de manera diferente.

G.S. ¿Qué es lo que está sucediendo en esta Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra?
H.C. Este evento del cambio climático es algo fundamental, porque el grito de la Pachamama, el llanto de la Pachamama, el gamitar del viento nos está obligando a todos a desestructurarnos en el pensamiento y sentimiento aprendidos durante muchos años, ya sea en la escuela, en la universidad o en otros ámbitos urbanos, para volver a sentir nuestra relación exacta de lo que significa el vivir en comunidad no solamente entre seres humanos; sino a vivir como seres vivos en un planeta mucho más complejo y como una totalidad.

G.S. El calendario Maya, preciso y exacto en sus fechas y predicciones, nos señala el final de algo el año 2012 ¿qué opina al respecto?
H. C. Ahora que tenemos tan cerca el mito de los mayas, la cuestión del 2012, cuando la Pachamama se reordena es igual que pensar en las lecciones de nuestros abuelos, ellos decían que cuando llegue el pachakuti todo se va dar vuelta, va a llover de abajo hacia arriba, los árboles se van a poner de cabeza parece ser que esas cosas están pasando ahora, todo el planeta está desesperado viendo un montón de desorden, ansioso de encontrar nuevas ideas, pensamientos y sentimientos para poder decir: madre todavía seguimos en esta tierra y queremos convivir juntos, la amenaza es fuerte, si el 2012 es una realidad la única especie que va a desaparecer es la humana, nosotros, porque el planeta, la madre tierra, la Pachamama va a seguir viviendo, sólo se va a reordenar.
G.S. ¿Considera que este encuentro llegará a acuerdos concretos?
H.C. ¿Se encontrará alguna respuesta concreta? no tengo la menor idea, pero estoy seguro que se ha movilizado mucho espíritu, mucho sentimiento y eso es bueno porque es fácil aprender de memoria discursos pero en la práctica no se los aplica, aquí podemos ver que esos discursos por lo menos se están tratando de ponerlos en práctica.

G.S. ¿Cuál cree usted que es el reclamo de la Pachamama?
H.C. Lo que la pacha nos está interpelando es un cambio de actitud, cambio de vida, tenemos que cambiar nuestra manera de ser y nuestra manera de relacionarnos con esa totalidad que es el planeta, no es hablar de memoria dos o tres consignas sino de actuar.

G.S. Su persona dio mucho de qué hablar por su participación en las mesas no oficiales, en este sentido ¿Qué opina del papel que están jugando las mesas de trabajo en la Conferencia?
H.C. Creo que este momento es preciso, creo que en las mesas de trabajo funcionarían muy bien los sentimientos y la esencia que han traído un montón de hermanos de todo el planeta, creo que en los corredores, afuera, en la mesa 18 y en la mesa 19 no existentes, no oficiales, es donde realmente hemos podido decir con propio sentimiento, con una cuestión realmente sentida esto es lo que está pasando y éste es nuestro compromiso, no un discurso, no una consigna, sino el hecho de tener el compromiso firme de que nosotros estamos decididos a cambiar de actitud, de vida, comenzar a relacionarnos de otra manera con el planeta y  a relacionarse de otra manera más amigable, más hermanada con los otros seres vivos sea quien fuere, sea humano, sea piedra, sea tierra, sea árbol etc. Creo que ese es el gran desafío, que son tiempos especiales como todos los ciclos anuales pero éste es un momento fundamental porque está en juego la sobrevivencia o la extinción de una especie que durante mucho tiempo se sintió dueña de esta totalidad.

G.S. Un mensaje para los seres humanos, los seres pensantes del planeta tierra.
H.C. No hay mensajes, ¡una exigencia! vivamos a partir de nuestros propios principios y nuestros propios sentimientos, aquello que nos toca en lo más profundo de nuestro de ser, aquello que hace temblar nuestra alma, que se convierta en el horizonte de nuestro pensamiento y nuestro sentimiento pero no solamente para sentirlo vibrar, sino para volverlo una acción concreta y no en términos individuales, sino en términos colectivos porque ese sentimiento y esa sensación de profundidad que uno tiene puede energizar a los otros que nos rodean y convertirlo en un objetivo concreto vivir en plenitud entre todos nosotros.   

Gabriela Silva

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