Una mañana de 1972 el puesto de venta de periódicos de la calle Pedro Salazar, esquina 20 de Octubre, comienza a tener la presencia de Ricardo Anibarro Terán, quién sigue los pasos de su madre, fundadora del puesto.
El negocio lo emprendió hace 38 años, cuando en principio sólo venía a ayudar a su madre. “El puesto era de mi madre, pero ella murió hace 10 años y yo seguí trabajando, mi mujer también murió hace tres años”, confiesa con cierta nostalgia.
Su dedicación a esta labor es diaria; “yo trabajo de domingo a domingo hasta las 12:30 a 1:00 de la tarde más o menos, a veces hasta más temprano y no tengo seguro médico, no nos quieren dar seguro médico”, acusa a las autoridades del rubro por no ofrecerle las garantías necesarias para su edad.
Don Ricardo para poder continuar trabajando requiere la ayuda de su hija quien tiene la misma ocupación; “sí, mi hija vende en otro puesto de esta misma calle, pero en la otra esquina, en la de la 6 de Agosto, ella comenzó jovencita casi una niña, y me ayuda con los periódicos, el domingo como a las 4:00 de la mañana más o menos, va a la imprenta y me compila todos los periódicos”, dice orgulloso.
En cuanto a la apreciación de sus clientes nos afirma que lo conocen muy bien. “Tengo buenos clientes, todos los clientes son amigos, algunos conocí de jovencitos y ahora ya son médicos, profesionales y eso”.
La experiencia asegurada en el puesto de venta de periódicos le permite reconocer la calidad y el prestigio de ciertos periódicos. “La Razón, La Prensa (y) El Diario. Primero se vende La Razón y después El Diario, aunque La Prensa también se vende.” Entre estos, Don Ricardo tiene su favorito; “El Diario, que me gusta porque tiene todo, todos los periódicos tienen todo, pero El Diario es mejor”, asegura.
“Tengo que ordenar estos periódicos”, alude Don Ricardo, enmarcando una sonrisa en su rostro, que sugiere el amor que siente al realizar esta labor en la ciudad de La Paz.
Kelly Mundaraín
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